Las Médulas son Oro, según el Patronato de Turismo del Bierzo.
Las Médulas son como un faro en medio del bosque y cualquier visitante del Bierzo que se precie no dejará de señalarlas como objetivo ineludible.
Médula, viene a significar lo que está dentro, en el interior, el centro de algo.
Pero qué nos evoca su contemplación y por qué?
Un lugar mágico, paisaje bello y desolador, explotaciones auríferas romanas, acumulación de aluviones, la mayor explotación de oro del Imperio romano durante más de 300 años. Miles de esclavos aportaron a Roma miles de kilos de oro.Estudios recientes afirman que no fueron esclavos sino contratados..??.
Declaradas por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad, ¿ Por qué?
Desde los montes Aquilianos, Teleno y Cabrera el agua llegó para reventar el monte y aflorar el oro que Augusto convertía en áureos.
Irradian esplendor, a cielo abierto, después de casi dos mil años, es mágico y enigmático.
¿ Que nos atrae al contemplarlas? ¿Qué nos sugieren?
Cada visitante hará su propia interpretación.
Para mi es un enigma y una dicotomía entre lo excelso y lo inhumano.
Corazones M acerados
Gigantes E mbalsamados
Sangres D erramadas
Entrañas U surpadas
Montes L acerados
Oros A fanados
Vidas S epultadas
¡ Cuánta grandeza expuesta!
¡ Cuánta riqueza oculta !
¿ Cuánta gente culta
busca una respuesta?
¡Qué impresionante escena !
¿ Evoca oro y riqueza,
esplendor y belleza,
o tal vez un grito de dolor
de la lacerada naturaleza?
¿Admiramos sus colores,
sus figuras caprichosas,
o los mudos estertores
de gargantas clamorosas?
La magia brota de las entrañas
como torrentes de sangre añeja,
torres de gangalia bermeja
y gigantes con trazas extañas.
Ojos de cráneos vacios
asoman por las cornisas,
contemplan los desvaríos
de aquellas cohortes sumisas.
Médulas milenarias,
corazones a la intemperie,
ofrendas lapidarias
de aquella cruel barbarie.
Necrópolis berciana
de artesonados naturales,
en su solar yacen los mortales
de aquella orgía inhumana.
Tantas vidas inmoladas
en aras de la riqueza
no han de ser olvidadas
donde resplandece la belleza.
Oro y sangre fundidos
entre barros confundidos
llenan de resplandores
estos dorados alcores.
Paisaje picasiano
en bosque de castaños,
túmulo parnasiano
de augurios extraños.
Coliseo de altares
a los dioses paganos,
vestigios romanos
de aquellos avatares.
Tabernáculo de oráculos
adornado de báculos,
enhiestos como lanzas
recordando añoranzas.
Crisol de arcanos
ocultos en sus granos,
representan espartanos
a los astures tramontanos,
esclavos inhumanos
de los avaros romanos.
El áureo romano
colmó de Augusto
su avara mano,
para el astur, disgusto.
Visión cósmica y sideral,
médulas descarnadas al sol,
caleidoscopio invertebral
en paisaje de tornasol.
Médulas bercianas,
rescoldos de oros añejos,
antorchas de fuegos fatuos,
fauces de viejas deidades
en el fragor del bosque
rasgando veleidades.
Son las Médulas bercianas
lienzos con aires marcianos
y pentagramas al viento
describiendo filigranas
en el firmamento
con sus fulgores muranos.
Desde el Mirador de Orellán
o desde el Lago Sumido,
las Médulas te ofrecerán
su semblante encendido.
Las Médulas son como un faro en medio del bosque y cualquier visitante del Bierzo que se precie no dejará de señalarlas como objetivo ineludible.
Médula, viene a significar lo que está dentro, en el interior, el centro de algo.
Pero qué nos evoca su contemplación y por qué?
Un lugar mágico, paisaje bello y desolador, explotaciones auríferas romanas, acumulación de aluviones, la mayor explotación de oro del Imperio romano durante más de 300 años. Miles de esclavos aportaron a Roma miles de kilos de oro.Estudios recientes afirman que no fueron esclavos sino contratados..??.
Declaradas por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad, ¿ Por qué?
Desde los montes Aquilianos, Teleno y Cabrera el agua llegó para reventar el monte y aflorar el oro que Augusto convertía en áureos.
Irradian esplendor, a cielo abierto, después de casi dos mil años, es mágico y enigmático.
¿ Que nos atrae al contemplarlas? ¿Qué nos sugieren?
Cada visitante hará su propia interpretación.
Para mi es un enigma y una dicotomía entre lo excelso y lo inhumano.
Corazones M acerados
Gigantes E mbalsamados
Sangres D erramadas
Entrañas U surpadas
Montes L acerados
Oros A fanados
Vidas S epultadas
¡ Cuánta grandeza expuesta!
¡ Cuánta riqueza oculta !
¿ Cuánta gente culta
busca una respuesta?
¡Qué impresionante escena !
¿ Evoca oro y riqueza,
esplendor y belleza,
o tal vez un grito de dolor
de la lacerada naturaleza?
¿Admiramos sus colores,
sus figuras caprichosas,
o los mudos estertores
de gargantas clamorosas?
La magia brota de las entrañas
como torrentes de sangre añeja,
torres de gangalia bermeja
y gigantes con trazas extañas.
Ojos de cráneos vacios
asoman por las cornisas,
contemplan los desvaríos
de aquellas cohortes sumisas.
Médulas milenarias,
corazones a la intemperie,
ofrendas lapidarias
de aquella cruel barbarie.
Necrópolis berciana
de artesonados naturales,
en su solar yacen los mortales
de aquella orgía inhumana.
Tantas vidas inmoladas
en aras de la riqueza
no han de ser olvidadas
donde resplandece la belleza.
Oro y sangre fundidos
entre barros confundidos
llenan de resplandores
estos dorados alcores.
Paisaje picasiano
en bosque de castaños,
túmulo parnasiano
de augurios extraños.
Coliseo de altares
a los dioses paganos,
vestigios romanos
de aquellos avatares.
Tabernáculo de oráculos
adornado de báculos,
enhiestos como lanzas
recordando añoranzas.
Crisol de arcanos
ocultos en sus granos,
representan espartanos
a los astures tramontanos,
esclavos inhumanos
de los avaros romanos.
El áureo romano
colmó de Augusto
su avara mano,
para el astur, disgusto.
Visión cósmica y sideral,
médulas descarnadas al sol,
caleidoscopio invertebral
en paisaje de tornasol.
Médulas bercianas,
rescoldos de oros añejos,
antorchas de fuegos fatuos,
fauces de viejas deidades
en el fragor del bosque
rasgando veleidades.
Son las Médulas bercianas
lienzos con aires marcianos
y pentagramas al viento
describiendo filigranas
en el firmamento
con sus fulgores muranos.
Desde el Mirador de Orellán
o desde el Lago Sumido,
las Médulas te ofrecerán
su semblante encendido.
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