A MARIA DE LOS ANGELES "Susurro"

Tú, niña de algodón,
nacida con un don,
mecida por los ángeles
en cuna de oropeles.
Tú, cuitada pastorcita,
inocente caperucita,
soñabas fantasías bellas
contemplando las estrellas.
Tú, mujercita temprana,
con carita de manzana,
hiciste de madre y hermana
con tu calidez serrana.
Tú, cálida flor mimosa,
emigraste sigilosa
cual humilde mariposa
al hogar donde el amor reposa.
Tú, dulce seductora,
de sueños encantadora,
has forjado tu carrera
entregando la vida entera.
Los jóvenes y desprotegidos
fueron tus elegidos
para derrochar tus desvelos
en un mundo de recelos.
Tu calidez de primavera
no mengua tu labor guerrera,
superaste trabas y barreras
abriendo nuevas fronteras.
Dices que no mereces
tantas flores y bondades
pero tu superas con creces
las mejores cualidades.
Jamón jabugo embuchado,
tesoro de oro moldeado,
fina canela en rama,
definen a la gran Dama.
Un cancerbero ladró a tu paso,
con un zarpazo melló tu pecho,
el cobarde te postró en el lecho
acechando tu peor fracaso.
Tu firme voluntad de sanar
y tu visión positiva de la vida
te ayuda a curar la herida
para por fin mejor ganar.
Lucha y espanta las penas,
no des tregua a las sirenas,
que si el camino es peligroso
superarlo será más exitoso.
Disfruta del día regalado,
del oscuro y el soleado,
que lo vivido es pasado
y el presente te lo has ganado.
Que un susurro en el viento,
un aleteo en el aliento
y un corazón reventón
sean tu mejor bastón.