LAS CANARIAS HECHICERAS

Canarias, perlas milenarias
incrustadas en el oceano,
lágrimas que Vulcano
derramó como plegarias.
Lejanas en lontananza
donde la mirada no alcanza
pero cercanas en el corazón
donde la distancia no es razón.
Las Canarias te idealizan,
te embelesan y te hechizan
con su canto de plegaria
y el manto de la Candelaria.
El Puerto de la Cruz en el ábside
y el Teide en la cúspide,
por la Orotava se asciende
al templo del Teide.
El volcánico escenario
en el ático canario
al incrédulo estremece
y al llanito engrandece.
El endiosado Teide,
con su melena milenaria,
su manto extiende
por la órbita canaria.
El Teide omnipresente
con su ojo imponente
orienta a la gente
de oriente a occidente.
Por sus vastas cañadas,
custodiadas por gigantes,
parecen vagar errantes
las musas y las hadas.

LA OROTAVA, espejo del Edén,
de viñedos y platanares,
para el guanche sostén,
placer para peninsulares.
Rasgada por barrancos
que señalan los flancos
de pendientes convergentes
en el Puerto emergente.
Del Teide antesala,
con castaños y nogales
que ornan sus frontales,
su esplendor propala.
Del verde ensoñador
se aleja el visitante
al cruzar el ecuador
camino del gigante,
La pendiente no engaña,
en lontananza el Izaña,
y si el oriente se pierde,
ahí tienes al Teide.
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En el Puerto hay un LORO
que llaman Loro Parque,
más que parque es un tesoro
que merece el embarque.
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En Icod de los Vinos
te espera el gran DRAGO,
si tus gustos son finos,
de malvasía, échate un trago.
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En Garachico ardió Troya,
el volcán lanzó la lava,
rompió la claraboya
y lo sepultó a la brava.vvv