viernes, 12 de diciembre de 2008

LA VENDIMIA en Noceda del Bierzo


Septiembre y octubre se dan la mano,
las cepas exhiben sus ubres llenas,
han concluido en las eras las faenas
y reposa en las paneras el grano.
Refresca el tiempo y un día temprano
madruga la familia y el ganado,
el carro con la lona engalanado
comienza el viaje a un lugar lejano.
Con paso firme y parsimonioso
van mellando guijarros del camino,
la carretera marca el destino
y el rio nos acompaña celoso.
Por los Campos, las minas y Arlanza,
Viñales está a tiro de lanza,
ya trepan los carros al altollano
y el Calvón se divisa en altozano.
Despiertan resplandores otoñales
en las cuestas doradas de Viñales,
los vendimiadores cogen los cestos
y prestos se dirigen a sus puestos.
Las viñas emulan alfombras persas,
penden los racimos con uvas tersas
cual mostadas de perlas engarzadas
en los tallos de las cepas amadas.
Con una mano se palpa el racimo
cual mama de zagala casadera,
con la otra manipula la tijera
y un beso le da con mucho mimo.
Paisaje revestido de colores
con racimos tintos, blancos y rojos,
aviva libidinosos antojos
en las manos de los vendimiadores.
Festín real de dioses mitológicos,
orgía de colores afrutados,
purpúreos,violáceos y dorados,
Baco preso en solares bucólicos.
Con tijera o navaja de Albacete,
los cestos y talegas acolmadas,
a las espaldas y sin almohadas,
por las sendas las sube el mozalbete.
El carro encerado está preñado,
el personal ya parece cansado,
es hora de almorzar en cuclillas
y dejar que reposen las costillas.
Si manjares son las uvas catadas,
las patatas con bacalao y viandas
las fuerzas recuperan remozadas
y por los vallados van en volandas.
Por las laderas, los vendimiadores
vocean " ahí va la liebre pendeja",
observan cautos los alrededores
y un gracioso gritó"le dí en la oreja".
Con el jerez y la mencía en la cesta
sólo quedan racimos de garnacha
que con el grannegro el carro se atesta
y de esta guisa emprendemos la marcha.
Regresan los carros atesorados,
de néctar y ambrosía atiborrados,
el lagar le cantará un pasodoble
y envejecerá en cuba de roble.
Para no se picar, hay que trasegar,
la cuba has de azufrar y fregar,
el miedro doce cántaros llenará
y en odres a Urdiales llegará.Veni,vidi, vinci.

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