jueves, 30 de octubre de 2008

LA SIEGA DEL PAN en Noceda del Bierzo

Amanece muy temprano,
está Julio avanzado,
es tiempo de siega a mano
para el mozo avezado.
Una cazuela de caldo
y un trago de aguardiente
hacen al chico valiente,
no necesita rescaldo.
Con calabaza y hocin
caminan los segadores,
les acompaña el mocin
con aires trovadores.
Ya llegan a los Quiñones,
el cendal dobla sus cañas,
tiemblan las espadañas
y protestan los riñones.
Segadores,¡ al ataque!
A ver quién tiene más saque!
Cada cual blande su hocín
y siega como un mochin.
A su manada hace llave,
para avanzar es la clave,
ya aparece una gavilla
por una y otra orilla.
Los segadores avivan el paso,
el tajo parece un espantajo
al que cortaran el pelo al raso
y le han trasquilado el refajo.
Pero no hay lugar para el relajo,
tienen que engavillar el manojo,
recorren sin resuello el rastrojo
como si trabajasen a destajo.
Las mujeres comparten las fatigas,
siegan y cantan antiguas cantigas,
las amas cocinan ricas viandas
que a los suyos llevan en volandas.
Los segadores posan en cuclillas,
dejan apalambradas las gavillas,
y entre trago y trago de vino
van dando cuenta del buen samartino.
No ha lugar para echar la siesta,
el sol de canícula amagosta,
hay que digerir bien la fullicada
para ganar la cena de empanada.
Los manojos atan con garañuela,
con cuatro de estos forman un carrillo
y para celebrarlo en corrillo,
a la calabaza tañen la vituela.
Para perfeccionar esta faena,
los carrillos emparejan en rima,
y si el tiempo amenaza, se arrima
en forma de torre y es... Morena.

CALDO DE BERZAS -Noceda del Bierzo

El caldo de berzas suele definirse como potaje de verduras y legumbres, aderezado con chorizo, jamón o un pedazo de lacón.
El caldo de berzas en Noceda del Bierzo, constituía el alimento básico y cotidiano en aquellos años cincuenta y sesenta.También era común el cocido de garbanzos, el caldo de vainas y las patatas con bacalao.
En aquellos tiempos iba por el pueblo un vocero pregonando las bondades de la berza de Lugo, y casi todas las familias las cultivaban en sus huertas.No se cultivaba ni se consumían las lentejas. Raramente se utilizaban los pedrelos ni los grelos, estos tan típicos en Galicia.
Por el hambre que quitó y por lo bueno que estaba cuando se le aliñaba bien e iba acompañado de buenos ingredientes, todavía es muy valorado y apetecido hoy en día, razón por la que se merece unos versos:

Con un puñado de berzas tiernas
y una cazuela de judias pintas
se calman las barrigas hambrientas
y se calientan a pelo las piernas.
Si le añadimos tocino y cachelos,
chorizo y un pedazo de lacón,
se codea con el caldo de grelos
y uno se puede dar un atracón.
Con estos ingredientes suculentos,
sazonados con ricos condimentos,
ajo,pimienta, aceite y unto,
podría resucitar a un difunto.
¿ Verdad que el caldo de berzas es sano?
Si pretendes descubrir su secreto
has de preguntar a un viejo berciano
que te lo explicará claro y concreto.
En tiempos de escasez extrema,
con unos pedrelos se hacía crema
y a falta de berzas, Filomena,
con grelos, completaba la cena.
Caldo, divino alimento,
del pobre rico sustento.
A falta de una bula
saciaba solo su gula.
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miércoles, 29 de octubre de 2008

MONTAÑAS DEL TELENO

Las cumbres del Teleno suelen tener nieves perpetuas.En el viaje de León al Bierzola mirada se escapa para ver lenguas de nieve en los abeseos y ahí está el Teleno como testigo de paso a tierras bercianas, amén de sus paisajes y las aguas
de las que surte a rios y arroyos que vasculan hacia tierras bercianas.
Desde sus altares se contempla la comarca de La Cabrera y da vista hacia el Bierzo, permitiendo el acceso a Ponferrada evitando el gran rodeo que significaría pasar por Truchas,Nogarejas,Astorga,Bembibre y Ponferrada.
El haber tenido el placer de recorrer aquellas montañas y valles, aldeas y pueblos como Corporales,Truchas,Noceda, Saceda,Encinedo etc, ha dejado una huella en mi memoria que activa la creación de estos versos que les dedico.

Montañas del Teleno, centinelas
ancladas en el orbe estelar,
contemplan estóicas el tremolar
de torres que emulan caravelas.
Faros de Cabrera y tierras bercianas,
testigos de las legiones romanas
en el expolio cruel de sus entrañas
ajadas como herizos de castañas.
Montañas del Teleno,Corporales,
patena en la platea cenital,
Truchas al alba del astro oriental
y el Morredero, cruz de pedestales.
Montes Aquilianos besan sus manos
pródigas en arroyos rumorosos,
bucólicos paisajes primorosos
ornan celosos sus tronos serranos.
Montañas de tesoros minerales,
surcadas por arroyos y canales,
sirenas engarzadas en el cielo
tocadas con diademas de oro y hielo.
Montañas de brezo engalanadas,
por valles y cañadas troqueladas,
de los montes Aquilianos hermanas
mecidas en las Médulas bercianas.
De sus cumbres y roquedos plateados
sus lágrimas cristalinas coparon,
acueductos en las rocas tallaron
y perforaron sus corazones dorados.
Montañas alfombradas de pinares,
coronadas por neveros glaciares,
derraman sus lágrimas a raudales
por agrestes riscos y robledales.

Montañas del Teleno,
para curar el catarro
no hay mejor galeno
que su miel en el jarro". A Victorino A.

martes, 28 de octubre de 2008

montañas de gistra y genciana

Montañas de gistra y la genciana,
que adornadas de brezos y servales
prodigais remedios medicinales
recomendados por la sabia anciana.
Montañas que contemplais con desgana
los sueños de los débiles mortales
enredados en disputas vanales
manchando esta alfombra serrana.
Montañas que permaneceis calladas,
testigos mudos de nuestras vidas,
extended vuestras manos aladas
y calmad las trasnochadas heridas
que agitan las mentes delicadas
con la hiel de historias removidas.
Quien al final tomó la barca
conducida por el insobornable Caronte
ya pagó su pena a la Parca
que le sumergió en el Aqueronte.

Hogaño, nada nos suena extraño,
el progreso llegó a nuestros lares
con curiosos y audaces juglares
removiendo los rescoldos de antaño.
Las ciencias de la información,
los medios de comunicación
y los partidos en formación
nos comen el coco sin cocción.
Entre el progreso y la ciencia
se filtra la insana insolencia
que sacude la noble paciencia
de los que actuan con prudencia.
Mejor sería saber navegar
mirando al horizonte lejano
sin pretender en la lid doblegar
a quien parece adalid o villano.
Guarda tesoros la naturaleza
que nos ofrece con delicadeza
sin perder por ello belleza
la contundencia de su fortaleza.
Contemos nuestras cuitas con ardor,
demos a lo nuestro su valor,
no perdamos en ello el rigor
y volaremos con mayor vigor.

En conclusión:
"Las aguas de Fadierno
con las de la Silva van,
llegado el invierno
heladas se verán".
"Para nuestro consuelo,
lechuza o mochuelo,
al fin, todos a Revuelo".¡Ea!.

EL MAGOSTO -Noceda del Bierzo


El magosto es típico de los pueblos del Bierzo, sobre todo los más próximos a la montaña, donde el castañar es abundante. Por magosto se entiende el asar castañas en una hoguera, normalmente al aire libre, en la montera.
Con el paso del tiempo, este rito ancestral, ha sido relevado, en parte, por el tambor metálico de forma cilíndrica, en cuyo interior se introducen las castañas y se le dan vueltas con un asidero lateral.Todo ello, colocado sobre el fuego de un pequeño montón de leña . Ello permite asar las castañas con más homogeneidad y hacerlo en la cocina de lumbre bajo y prendiendo el tambor de una pregancia o en un lugar adecuado que evite el peligro de incendio en bienes o personas.
Para llegar al magosto,previamente hay que cuidar los castaños, apañar las castañas y que el tiempo haya favorecido el crecimiento de los orizos.
El magosto es festivo y divertido, pero nuestros castaños están afectados de una enfermedad no controlada todavía y corremos el riesgo de perder estos árboles frutales que tanta hambre quitaron, incluso a los paisanos obligados por los romanos a reventar las montañas de oro, léase Médulas y otras.
A estas ideas trato de darles forma poética, con los siguientes versos:

El Magosto, relicario de Agosto,
calor concentrado en la floresta,
castañas apañadas en la cesta
suspiran por la ambrosía del mosto.
Castañas,lágrimas de oro en orizos,
bombones de aromas seculares,
regalos de dioses, como hechizos
llenan de manjares nuestros hogares.
Sobre un montón de leña atussada,
cual pira a los dioses dedicada,
un relicario de pajas anidadas
las castañas nos ofrece asadas.
Sobre la tierra, piedras en círculo,
un montón de leña y en su corona,
las castañas guarecidas sin lona,
el fuego las asa en el cubículo.
Se enciende la pira magostera,
el humo trenza bucles en la montera,
el fuego con sus llamas resplandece
y el rescoldo sonriente se adormece.
Vamos chavales a pañar castañas,
ya regañan todas las castañales,
coged talegas, cestos y costales
que ya las barruntan las alimañas.
El castaño, crisol enraizado,
del oro extrae su excelencia
y en su ramaje al cielo izado
nos ofrenda en corazones su esencia.
Bajo las bóvedas de los castaños,
arrodillados entre los matojos,
deambulan como seres extraños
en busca de rojos antojos.
Pequeños y mayores, una hoguera,
reunidos todos a la espera,
comentan divertidos sus quimeras
aguardando probar las primeras.
Las castañas, cocidas o asadas,
en el cesto se dejan reposar,
con leche, deliciosas mantecadas,
y en marrón glassé,¡ pa qué glosar!
En los meses de agosto y septiembre,
los castaños engordan su ubre,
y al menguar los soles de octubre
las castañas dejan la enagua libre.
En compensación de estos resuellos,
el magosto culmina con la fiesta
en honor de la castaña tuesta,
uno de los productos más bellos.

Pero no presumamos de bartolos
con la celebración de este festín,
no se cosechará ni un cestín
si los castaños se mueren solos.
Hogaño contemplamos un rosario
ciñendo los lindes de nuestros montes,
pero pronto parecerá un calvario
de cruces secas en los horizontes.
Los castaños lloran perlas de peste
en la soledad del mes de agosto,
si no reparamos este desastre,
NO TENDREMOS CASTAÑAS NI MAGOSTO.

Refranes:
Con magosto de castañas
y cocido de botillo
no hay frio en las montañas
ni se arruga el bolsillo.
Si no llueve en Agosto
no hay Magosto.Víctor.
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viernes, 24 de octubre de 2008

EL LAGAR-MUSEO en Noceda del Bierzo

El lagar, en los pueblos, se parece a los elefantes en la selva. Es el más grande artefacto que en ellos podemos admirar, es raro y escaso, pero si desaparece le faltaría una pieza a la historia del pueblo.
En tiempos pasados, hubo varios lagares en los distintos barrios del pueblo de Noceda, pero con el paso del tiempo, la falta de uso y el abandono, han quedado reducidos a UNO, restaurado y hoy museo relacionado con la vendimia y la estripa de la uva, cuya imagen es digna de amirar.No habrá niño ni mayor que no quede impresionado por tal monumento, herencia de nuestros antepasados y reliquia de lo que fue la cosecha del vino.
Al lagar lo relevó la llamada PRENSA, artefacto que suponía un adelanto, más sencillo de manejar y todo de hierro y a base de tornillos y que podía ubicarse en espacio relativamente pequeño.
Entonces teníamos viñas en Revuelo, La Solana, La Poza, el Castrin,la Paredina,
Arlanza, Viñales etc.En la actualidad no queda ninguna en el pueblo y sólo alguna en
Viñales o Arlanza. Toda esta actividad ha sido absorbida por Cooperativas del Bierzo Bajo que nos lo sirven embotellado. ¡Da pena ver los barbechos y en general toda la agricultura y ganadería que abastecía a Noceda!.
Con estos versos que le dedico al lagar, aspiro a contribuir a que la labor que algunos veccinos han realizado para mantener esta reliquia, perdure para nuestros descendientes. Asi pues, ¡ EA!

Lagar, artefacto descomunal,
monstruo entre petreas paredes oculto
pareces un elefante insepulto
con trazas de gigante colosal.
Entre la rueca y las marranas andas,
amarrado a la hembra te deslizas
por el fuso co n alas levadizas
balanceándote cual ave en volandas.
Una viga gorda y kilométrica
cala como un obus el recinto,
desafía al espacio y la métrica
cual magna columna de Corinto.
En la nariz de la enorme viga,
se cobija amarrada la hembra,
sobre la que gira el fuso de auriga
incrustado en un gran pienso de piedra.
Acopladas al fuso, dos palancas,
manejadas por dos hombres, con tino,
permiten salvar un giro repentino
que pudiera hacer saltar las trancas.
Los racimos, previamente pisados
en el carro vestido de encerado,
por la tronera entran atusados
para prensarlos en el empedrado.
Bajo la ingle del hercúleo falo,
la sartén y un flan de hollejos pelados
cubierto con tablones cruzados
y el mastodonte cede ante el palo.
La lagareta, minúscula pila
donde el pobre pisaba la cosecha
con los pies desnudos a capela
hasta dejarla estripada y deshecha.
Lagar o lagareta no importa
si la vendimia es abundante,
la estripa o la lagarada aporta
el vino para seguir adelante.
Chorros de néctar brotan a raudales,
dulce mosto de aromas naturales,
cosechado en las viñas de Viñales
y en odres y burros iba a Urdiales.
Meandros de mosto desmelenados
se deslizan raudos por las canales
en busca de destinos ancestrales
en cubas de roble atesorados.
Néctar de sabores afrodisíacos,
ambrosía de dioses y paganos,
sello de riqueza en los alvaricos,
refugio de penas de los paisanos. ¡ Aupa!

UN DIA DE PASTOR


Allá por los años cincuenta, el pastor era un personaje común en el pueblo, pues no había pastores profesionales, sino que de casa iba un jovenzuelo de pastor cada día, según le tocara la vecera, en cuanto a cabras u ovejas se refiere.
Si se trataba de vacas, cada familia cuidaba de las suyas a diario y eran los niños los que las pastoreaban por los distintos valles de Noceda, véase La Canalina,
Canareza, Praolobispo, Fuentetorres,Praoleche, Las Fuentes, El Carrizal, etc.
En el verano, se subían a la Sierra novillas y bueyes a pacer libres por los pastizales de Veneiro hasta Urdiales, en cuyo caso se turnaban algunos hombres que solían subir al atardecer para controlarlos y comprobar que estaban bien o si se había extraviado alguno, regresarlo a los pastos.
Por aquel tiempo comenzaba ICONA a embelgar zonas de monte que plantaba de pinos y había dos conocidos vecinos que hacían de guardas forestales, Cin el de Poldo y Pedro Pinón, quienes multaban a los propietarios del ganado que según ellos había entrado en los pinares.Prueba de ello es que el día en que me quedé huérfano de madre
ellos bajaron los bueyes y multaron a varios vecinos.
En aquellos tiempos había en cada Barrio de Noceda, uno o varios rebaños de ovejas y cabras, pues había unas dos mil cabezas de cada y los rebaños de Rio y Sampedro llegaban a coincidir varias veces, sobre todo próximos a sesteaderos.
Como decía el filósofo griego HERÁCLITO " panta rei", "todo pasa", y asi ha pasado tanto que ya no hay rebaños de ovejas ni cabras ni vacas que guardar, ni terneras que llevar al mercado, ni lecheras que recojan la abundante leche que producía el valle de Noceda ni pastores, por supuesto.
Como la añoranza es grande, voy a intentar remedar un dia de pastor a mediados de noviembre, cuando ya se han pañado las castañas, han caido las nueces y está a punto de entrar el invierno atmosférico.
El niño pastor duerme sobre un jergón de paja y a lo mejor , en colchón de lana.
La habitación no tiene techo de tabla, ni de yeso o escayola y si sopla el cierzo o nieva, la manta que cubre la cama se adorna con algún copo de nieve o humea.
Le despiertan muy temprano, las legañasle ciñen los ojuelos y se los refriega con la mano. Los moquillos se los seca con la manga del jersey. Se asea en una palangana y se enfunda su pantalón de mahón o de pana.
Una cazuela de caldo o de leche con pan y un trago de vino caliente con azucar o miel son su desayuno, y a veces de postre un trago de aguardiente, para que el zagal no tenga frio en el cuerpo. Parece una barbaridad hoy, pero entonces era normal tener la bodega al lado de la cocina y qu los niños bebieran vino o probaran la aguardiente, lo que no suponía se hicieran borrachos.
El pastor con su zamarra y su zurrón al llombo camina sin polienda hacia el corral.Hurga en el buraco de la pared en busca de la llave que abra el portón de madera de castaño o de nogal, y arrea las ovejas fuera del aprisco.
Reunen las ovejas al pie de Chanos o del Campín, y la vecera comienza a trepar por los riscos y ganando la Arbolada,Fontanales,el Corón, Valdemartin,el Sardonal,
la Montera, Rozas. Mientras las reses van triscando los matojos y la hierba otoñal,
el pastorcito contempla el paisaje,el ocre de las hojas del chopo y el castaño, los
pueblos que forman el Municipio de Noceda allá en lontananza y el propio valle de Noceda con sus tres Barrios, Rio, Sampedro y Vega, casi unidos, si no fuera por que se interponen La Calea y Los Arcos, que con los años han cedido y realmente están unidos.
Al pastor acompañan y le protegen unos enormes Mastines con sus carrancas al pescuezo que van batiendo los parajes en busca de los lobos, llenando el valle con el eco de sus ladridos. ( Entonces había lobos que atacaban los rebaños.)
Es otoño avanzado y sopla un cierzo que pone pingando al chavalín hasta las galochas.
Un galfarro, posado en un garrancho de nogal, espía sigiloso el pulular del rebaño.
Una ardilla esquiva y desconfiada trepa por el tuero de la nogal en busca de nueces. Con su cola larga, en forma de plumero, sus garras y la agilidad de un pájaro, salta de un árbol a otro como un saltimbanqui circense, dejando pasmado al chaval.
El pastor prueba su puntería, endilga un cantazo a la ardilla y le cae un conjo furón, como premio a su osadía.
El chavalín se saca una ñácara con su dedo de garfio y coge el pendín camino de el Cervatin. Va arreando el rebaño, silva aquella canción que le cató su madre " tengo una vaca lechera" y su perro Chispa ladra a las ovejas y hace que les muerde en las patas para que continuen el camino.Como el trayecto o recorrido es muy habitual, las ovejas ya conocen las sendas y trochas para librarse de urcivillas y piornos.
El sendero amaga a tollo y el chaval se pega un custrapazo, cayendo de bruces.
Se limpia el morro con las manos y seca las manos refregándolas en los pantalones.
Ya aventan el sesteadero de Rozas, donde hay un corro de nogales, una fuente y un merendero,( hoy con bancos y mesas de piedra y barbacoas). Una reguera de agua fresca y juguetona que ameniza comidas y meriendas con el rumor del agua.
Aprovecha el chavalín para arrejuntar un feije de trochos de fuyacos y aguzos y chisca con una cerilla para prender una fogata, y si encuentra unas castañas de rabusco, hará un pequeño magosto.
En la linde del monte, descubre los restos de un retosón de fuyacos y apaña unas cañas y un tuérgano que tal vez levantó el jabalí con el hocico. El can llambrión zascandilea husmeando en el zurrón en busca de alguna migaja o farraspa de merienda.
Un mendrugo de pan, un chorizo y tortilla española era el menú de costumbre que se llevaba en la fiambrera, acompañado con deliciosa agua de alguna de las muchas fuentes que abundan por los montes y valles de Noceda.DE postre, algunos muñían una cabra u oveja y sorbían la leche.
Una carracha merodea por el zurrón y la sacude con rapidez para evitar que le chupe la sangre. Descubre un arañazo en un dedo y se lo encaña con un cacho trapo que lleva en el bolsillo, de pañuelo.
Despachada la merienda, recobra la polienda y aviado con el machao que lleva a la cintura,tala un cantiao en un subiao para apuntalar el pajar.
Se engarria por un castaño y fisga el retozar del rebaño y como anochece temprano, emprende el regreso repasando el camino.
En aquel tiempo podía encontrar arándanos en la Silva ( cuando subían las cabras y manaba la Fuente Fria al pie de una roca), y miruéndanos en los regueros de Rozas o Linares. También podía comer abrunos, moras o alguna manzana carueza.
De soslayo descubre que la oveja Chana acaba de parir un corderín al que lame sin desmayo. Lo aupa en su brazos y seguido de la madre celosa y el rebaño, emprende el regreso a casa por sendas y trochas, salvando las arribancas y el Carruezo de Chanos( lugar donde se arrojaban animales muertos para lobos y alimañas y que lindaba con lo que hoy es el Camping). Ya llega el rebaño al punto de partida donde esperan los dueños de las ovejas.Cada cual gebra su tajo y las arrea a su corral.
El pastorcico, casi derrengado, vuelve a casa con su tajo de ovejas y se encuentra con su padre que le dice " vamos holgazán, coge la guadaña y trae un feije de verde y no te aturulles".
El chaval descuelga la guadaña, la echa al hombro y con un cordel y el cachapo se va al prao.Siega, hace el feije, se hinca de rodillas y se lo sube a la espalda.
Regresa aballongado y echa de comer a los jatos, además prepara la mañiza para el día siguiente, dejándola sobre la pezonera del carro.
Por fin, de cena unos cachelos con tocino, un vaso de leche y .." a dormir!

jueves, 23 de octubre de 2008

HORNO DE PURA en Noceda del Bierzo

¡ Cómo deja el tiempo su huella! La ciencia avanza que es una barabridad, dijo algún lumbreras. Pero este avance casi borra la huella de cosas que vimos y vivimos siendo niños.
Es el caso del horno de leña. Hace cincuenta y tantos años, eran populares el horno de Bernardo en Vega y el de Pura en Sampedro, amén de otros muchos que funcionaban en casas particulares, normalmente al lado de cocinas de lumbre baja,
a las que adornaban las famosas pregancias.
Ello nos permitió compartir la faena y el proceso para llegar a degustar aquel bollo, rosca, hogaza o empanada y a veces, el roscón, sobre todo en las fiestas locales.
En Noceda, hoy, a penas pueden funcionar un par de ellos como muestra o reliquia.
En su honor y como remembranza de aquellos años de niñez, le dedico estos endecasílabos:

Horno de circulares costillares
abovedados hasta los sillares,
hoguera de reflectantes destellos
acrisolados en rojos cabellos.
Forno que finges faces del infierno,
no te creas cacerbero del Averno,
pues propicias tertulias en invierno
a los que esperan saborear pan tierno.
En tu escafandra de paja y barro
engulles con tus feroces fauces
feijes de sarmientos y urces
hasta caldear la corona de sarro.
Con harina y agua de la fuente
vertidos en la masera de madera
se manipula la masa lleldera
con hurmiento hasta que despierte.
En tu vientre de calor abrasador
introduce el hornero el furganeiro,
recorre el recinto acogedor
y coloca la hornada en el eiro.
En tu nido de solera candente
se hornea el bollo y la empanada,
el pan candeal y, de madrugada,
brindas las hogazas de pan crujiente. End.

miércoles, 22 de octubre de 2008

EL MOLINO DE ALVARICO-Noceda del Bierzo


El molino, movido por la fuerza del agua, para moler cereales, ha sido muy utilizado en la villa de Noceda del Bierzo desde tiempos ancestrales y han sido muchos los molinos ubicados a lo largo del valle de Noceda, en una longitud de casi dos kilómetros, dando la impresión desde las alturas, de tratarse de un rosario o ristra de molinos.En tiempos se dice que había unos cuarenta y en la actualidad quedan unos siete u ocho, que integran la llamada ruta de los molinos, la mayor parte de ellos restaurados y con buenos accesos.Esta ruta, en las lindes del rio,
es relajante y bucólica y permite contemplar la abundancia de agua, el paisaje y un rumor musical que le hace acogedor y refrescante.
Por su trascendencia en la vida de este pueblo y los recuerdos evocados de la niñez,intento pergeñar unos piropos.

Molino, artilugio rural,
camuflado en el valle
disimulas con tu talle
tu prodigio ancestral.
Un niño con su pollino
va camino del molino
llevando trigo y centeno
para hornear pan moreno.
Molino que andas mohino
desandando el camino,
tu libras la harina fina
que mata el hambre canina.
El agua por el cañal
va veloz a tu encuentro
y moviendo el cigueñal
gira la piedra dentro.
Las aspas cantan rotando
y una melena blanca
baila revoloteando
al ritmo de la palanca.
Sobre la piedra solera
gira la rueda roquera
y el ferrón caza al rodezno
como el cepo ase al lobezno.
El trigo de la mujega se cuela
y cae al compás del tarabico
al hueco triturador de la muela
para llenar el brandal de Alvarico.
La rueda del molino
gira y gira con tino,
gebra el salvao de la harina
tamizada en piñeira fina.
Molinio sin molinero
es de condueño o se alquila,
gana diezmo o maquila
y es molinero el arriero.
Una quilma de harina
va a lomo del borrico
para engordar la gorrina
o saciarse de pan rico.
En el quehacer de la hacianda
no basta poner polienda,
es menester la molienda
que sustente la vivienda. "molido".

El BOTILLO en Noceda del Bierzo


El botillo suele ser definido como chorizo gordo, lleno de carne de cerdo picada y adobada con mucho pimentón, dulce o picante, en el cual entran algunos huesos picados, y que se hace en casi todo el Bierzo en la época de la matanza, que suele ser en noviembre y diciembre.
El botillo es típico del Bierzo y de ello dan fe las muchas fiestas y celebraciones a nivel local y nacional e incluso la divulgación que del mismo viene realizando nuestro querido y admirado paisano Luis del Olmo en la Radio.
Desde niños hemos visto las matanzas y hemos ayudado a nuestros padres a hacer y curar los botillos y en invierno era muy socorrido hacer un cocido con el caldo que dejaba después de cocerlo durante largo rato a fuego lento.
Los ingredientes más comunes son: trozos de carne picada, trozos de huesos del espinazo,oreja, morro, rabo, todo del cerdo, y los condimentos más utilizados son:
sal, pimentón, orégano, tomillo y algún toque personal en el aderezo.
Durante unas semanas se colgaba en los varales, y se ahumaba con la lumbre de cocina baja en la que solía haber una chimenea de la que pendía la pregancia.
El botillo se suele acompañar en la comida con repollo y patatas cocidos con el
agua en que coció el botillo y con el mismo caldo se hacía una sopa de fideo que se servía de entrada para prevenir el estómago y hacer cama al botillo.
Partiendo de esta intoducción o preámbulo, paso a cantarle sus virtudes.

Cofre de perlas chacinas,
botillo preñado de esencias,
coctel de delicias porcinas,
prodigio de excelencias.
Rabo, morro y costilla,
adobados con pimentón,
llenan la panza al glotón
sea berciano o de Castilla.
Curado al humo y al calor
va dibujando su color.
Bailando en los varales
desconcierta a sus rivales.
Cocido a fuego lento
con su fuerte condimento,
orégano y pimentón,
supera al gran chuletón.
No es de pieles tu faldón,
frente al morcón luces el don,
del gocho portas el pendón
y eres guapo, sin perdón.
Con oreja y espinazo,
no hay codillo ni hornazo
que guste tanto al paisano
como el botillo berciano.
Cocido a fuego lento,
a la brasa del sarmiento,
es un manjar suculento,
habitual en el sustento.
El botillo en los hogares
es uno de los manjares
de las clases populares
que más gusta en estos lares.
Botillo de las entretelas,
manjar entre vino y velas,
al hambriento das espuelas
y al sediento se la cuelas.
Botica de vino pareces,
enchido de esquisiteces,
honras a la diosa Ceres
e induces a los placeres.
Goza de predicamento
en los fogones rurales
y merece un monumento
a sus dotes naturales.
Botillo eres por derecho,
colgado o en la mesa,
llevas la firme promesa
de disfrutar ¡Buen provecho !

Y para remate,
ahí va el estrambote :
"Con cocido de botiello
y magosto de castañas,
no hay frio en las brañas
ni se atorzona el viello". He dicho...!

martes, 21 de octubre de 2008

A LA CURUJA -Soneto- Noceda del Bierzo

SONETO A LA CURUJA
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Curuja, fantasma ave nocturna,
lechuza de luminosos ojos
que oteas sigilosa los rastrojos
con tu mirada blanca y taciturna.
Emblema vital de nuestra fauna,
musa ideal de risas y sonrojos,
tu calmas la ira y los enojos
de quienes te admiramos ¡Saturna!
Con cariño te aclamamos, Curuja,
y te elevamos a los pináculos
que tu proverbial belleza embruja.
Vigía noctámbula de habitáculos
que emulas los hechizos de la bruja,
te proclamamos ¡ reina de oráculos!


OTROS PIROPOS

De Noceda ilustre pregonera.
Con tu pulcra pluma agorera
refrescas la memoria de esta villa
deseosa de formar una gavilla.

Con las gavillas hacemos manojos,
con los granos llenamos los graneros,
si procedemos libres de antojos,
en la meta seremos los primeros.

Curuja que velas ocasos rojos
y suspiras por cielos azules,
Líbranos de los miserables enojos
y oxigena los viejos baúles.

Curuja, nave nocturna,
lechuza de blanca pluma,
merodea taciturna
y emerge como la espuma.

Buda de mágica luna,
copo de blanco armiño,
en su soledad se acuna
la candidez del niño.

Candela con ojos de miel,
pupilas de oro y marfil,
tu dulcificas la hiel
con el albor de tu perfil.

Novia de la noche en vela,
tocada de terciopelo
que a la luna encela
con el nácar de su velo.

En la noche encalada,
mecida en la tenue brisa,
emite una balada
que a la zorra causa risa.

Faro de luz en cuclillas,
musa de alas divinas,
Síntesis de maravillas
que mirándola adivinas.
Símbolo de paciencia,
de nobleza y galanura,
bordea la excelencia
en la noche claroscura.
Coplas al abuelo VICTOR “Vitito”



Dotado de natural sabiduría y elegancia,
trabajador nato desde su infancia,
moldeó enseres y quehaceres
con su acrisolada sapiencia.

El nieto cinco años, él setenta.
se sientan en el escaño,
sus historias le cuenta
narrando peripecias de antaño.

Cocina de lumbre baja,
un horno de barro y paja,
el hollín impregna la chimenea
y una pregancia la estancia ojea.

El abuelo esbelto y pinturero
se calaba su sombrero,
con su estilo mejicano
parecíame un indiano.

De raza le viene al galgo.
bien joven, un día emigró
y sin pretenderlo logró,
parecer un hijodalgo.

Buscando plata por necesidad,
navegó a buenos aires
y allende los mares
ganó la libertad.

Se creyó libre de verdad
y en su linda mocedad,
su novia llevó la novedad
para alegrar su soledad.

Allí compraron un Cafetín,
reunieron unos cuartos
y con una potrina y los trastos
regresaron al pueblín.

La mili le reclamaba,
la guardia presionaba
y sin consultar con la almohada,
una noche se fue de madrugada.



Aquella noche alocada
le sirvió de coartada
y al llegar a la Coruña
pensó en la Chapacuña.

Se enroló de prisa,
superó la requisa,
partió sin rumbo
y llegó al nuevo mundo.

El destino era Cuba,
desembarcó en la habana,
y el azar le llevó a Santa Clara,
ciudad ilustre y preclara.

En un ignoto Ingenio
desarrolló su ingenio.
aves y ganado crió
y en el paraíso se sintió.

A su vera pronto acudió
la mujer a quien amó
y en aquel paraíso
tuvo lo que más quiso.

Dos hijos allí nacieron,
los dientes allí echaron
y cuando cuatro años tuvieron
a España regresaron.

Su esposa enferma de añoranza,
no soporta más tardanza.
de puros reviste su panza
y al barco, confiada se lanza.

La fatalidad se vengó,
la requisa le descubrió
y sin rechistar pagó
lo que con sudor consiguió.

Al pueblo añorado llegaron,
en él su familia criaron
y antes que la niñez pasara
la parca a su esposa llevara.



Con las autoridades bregó,
sus buenos cuartos entregó,
de la milicia se libró
y su futuro labró.

Trabajó como un manitas,
carpintero y labrador,
de inventos hacedor,
atendió siempre mis cuitas.

Aquel triciclo con ruedas
con el que tanto jugué,
desde cimalavilla, a penas
hasta las Fontaninas llegué.

Sobre el suelo helado
me deslizaba veloz
y al verme tumbado
oía presta su voz.

Dibujaba las madreñas
grandes y pequeñas,
diseñábalas a capricho
y a gusto de muchos.

El abedul era la base
cuando no el humero,
ahumábalas de un pase
pintándolas con tintero.

Con la disculpa de la siega,
cada año pasó la montaña
a visitar a una labriega
que le añoraba en La Omaña.

Para afilar la guadaña, decía:
Al afilar la guadaña
Se orienta al sol la hoja,
La piedra en el cachapo se moja

Y de esta guisa el filo no daña.
su arte culinario era proverbial,
tuérganos y urces en el fogón,
sobre las estrébedes el pote ancestral.

No tenía en estas lides parangón.
caldos y guisos sabrosos
aromatizaban el hogar
y acudíamos presurosos
sus delicias a probar.
De chavalín segaba en Praoleche,
se presentó octogenario el abuelo
ofreciéndome ponche y escabeche
y me retó a un ágil duelo.

Ufano, dijo sin voces:
los maraños parecen hoces,
más parece que roces
las hierbas dando coces.

Urdía remedios caseros,
llenaba de especias pucheros´
calentaba el vino en el jarro
y con miel aliviaba el catarro.

Eucalipto guardaba en esencia,
de lagarto un verde crema
que amansaba el reuma.
precursor de avanzada ciencia.

En el huerto del Rincón
cuidaba unas colmenas,
las abejas de néctar llenas
zumbaban con su aguijón.

Apicultor ilustrado,
con su atuendo tocado
y su antifaz de alambre
manejaba audaz el enjambre.

Con el fuelle las adormecía,
celdas, abejas, panales,
chorreando miel a raudales,
colonia y reina mecía.

El polen de la miel separaba,
la colmena cuidadoso cataba
y en vasijas de cobre dorado
depositaba el manjar atesorado.

Portando aquel aparejo
con su consejo de viejo
me mostró aquel injerto
presumiendo de experto.

El abuelo a sus nietos acogió,
por ellos con paciencia veló,
sus proyectos alentó
y a su reclamo nunca faltó.


En ciernes de los noventa
se sintió anciano sin cuenta,
a sus hijos reunió en concilio
y sin pedir diezmos ni renta
con su nieto se fue al exilio.

En el ocaso de su existencia
convivió en la residencia
en los pagos del henares
recitando sus cuitas y avatares.

No pudo soportar la ausencia
de su tierra y familiares.
siguió los ritmos de su conciencia
y regresó para siempre a sus lares.

¡ Adiós, abuelo del alma ,
que hayas alcanzado la calma!
aunque te hayas ido sin más,
no te olvidaré jamás.





Con estas rimas sin par, no ha pretendido emular al legendario juglar.
Ha tratado de aportar su granito de arena al acervo cultural y consuetudinario del pueblo donde nació.

Víctor Rodríguez González

EL BURRO Y EL NIÑO


El Burro y el niño


En Noceda. Corrían los años cincuenta y tantos cuando un niño de 8 años estrenaba su vehículo de cuatro patas, tipo medio, pelo oscuro, fino, un manojo de nervios, ágil, intrépido y de inteligencia superior a la media de los de su clase (Si hubiera competido en la carrera de burros de San Bartolo, seguro hubiera ganado los laureles. No era el burro Platero que tan poéticamente nos describió Juan Ramón Jiménez, pero era un burro nacido en Noceda al que se impuso el nombre de “Cartucho”, lo cual le define como intrépido, veloz , explosivo y tan inteligente que habría emulado al mismísimo Aquiles, el griego.
El niño que lo montaba se entendía con él por sus gestos con las orejas y la posición de la cabeza así como por sus vibraciones y así podía hablar con él según las situaciones y si bien sus hazañas no se han contado en Agronoticias ni se han visto en TV no ha sido porque no existieran si no por modestia y porque no había “La Curuja” que con su amabilidad y sencillez las acoge.
Todavía viven muchos vecinos de Noceda, cuyos nombres omito por no cansar, que cuando me los encuentro en paseos por el Barrio de Vega o en el Bar, me recuerdan algunas historias así como el nombre del burro.
Esto me animó a dedicar unas líneas a mi burro con algunas de las más llamativas hazañas que con él viví en mis años de infancia y que tanto me marcaron.
En tiempo de castañas, a primeros de noviembre de aquel año en que sí llovió a cántaros y que incluso barruntaba nevada, con un cierzo frío y húmedo, el niño se montó a pelo en el burro Cartucho y le dijo “Vamos a castañas a Las Rozas de Rio” y sin albarda,ni manta ni adorno alguno, aunque sí con un cesto de mimbre y un saco, llegaron al final del camino del Mouro, próximo al prado de La Custrolla” y se toparon con el Río Noceda crecido y desmelenado, pues rugía que daba miedo y hete aquí que se les presenta el dilema de “ o cruzamos y nos mojamos o tenemos que volver a San Bartolo y pasar por el puente y El campín, lo que supone un gran rodeo, perder mucho tiempo e incluso que te puedan espetar aquello de “cobardica”.La situación era más complicada que el Teorema de Newton y el niño le preguntó al burro ¿ Pasamos? A lo que el burro, que tenía las orejas tiesas y en posición de escucha atenta, asintió abatiendo su oreja derecha. Ante tanta valentía, ambos, jinete y burro, arremetieron contra el caudaloso rió, sin cayado ni chaleco salvavidas y a pesar de que el agua le mordía la panza hasta hacer que se tambalease y que al niño se le llenaran las botas de agua antes que el saco de castañas, asido a sus crines de león del Serenguetti, consiguieron traspasar el río que burlón se estrellaba entre rocas y humeiros para perderse por Peñaposadera después de devorar La Veiga y despedirse de Praoleche.
A propósito, Praoleche es un paraje que lame el río por su margen izquierda, dejando a La Veiga por la derecha con sus prados y molinos de agua. Ambos parajes son o eran muy feraces y hermosos, parecen una pareja de enamorados, mirándose permanentemente en invierno, sin encontrarse, hasta que en verano se daban la mano y hasta se besaban, al esconderse el agua que los separaba. A Praoleche iban casi todos los días el burro y el niño a distintos menesteres, como pastorear las vacas, regar el gran prado de seis carros de hierba con angarillas, segarlo e incluso hacer de espantapájaros de los pardales que se comían el trigo. Para poder regar aquel prado precisaba pasar tres días con sus tres noches a la intemperie, aprovechando las escurriduras de agua que a la bancada acudía, después de peregrinar por otras varias, ribera arriba, y a veces ayudada por el chavalín que sin linterna ni candil de carburo la liberaba retirando los calzapetes que la retenían, para disgusto de otro.
Allí pasó muchas noches bajo el cielo estrellado, adivinando las curvas del camino, sorteando zarzas y alabanzas, como si acechara la raposa o el lobo, pero que no libraban al niño de dormir al lado de la cerradura, sobre unas hierbas o un pequeño feije de paja , esperando la visita de su padre que entiznado regresaba de la mina de Lombas.
Mi burro era mi bicicleta aunque de cuatro patas, pues todavía no nos habíamos modernizado. El niño y el burro eran más famosos en el pueblo que Fernando Alonso y su Renault. Mencionar a nuestros admiradores sería prolijo y ocioso, pues aún viven muchos de ellos, ellas, que quizás lleguen a leer estas líneas preñadas de recuerdos y nostalgias.
El niño montado en el burro y arreando las vacas, bien al Rozo, al Carrizal, a Praoleche o Praolobispo, solía llevar un libro, el que cayera en sus manos, pues no había mucho donde elegir, como “El Ciudadano”, manuscrito con caligrafía preciosa y enrevesada, que le sirvió para aprender a leer a los seis años, con cuentos como “ el perro del hortelano” y en una ocasión, recuerdo que una madre dijo a su hija :” aprende, mira a ese niño cómo aprovecha para leer”.
Pero el burro cartucho tuvo que realizar otras faenas como “hacer de cuarta o tirar de cuarta, pues así se decía del burro o caballo al que se le colocaba un collarín, del que salían dos cuerdas o cordelillas, una por cada lado del animal y que convergían al engancharlas a la pezonera del carro , a la altura del yugo, para así ayudar a la pareja o yunta de bueyes o vacas a tirar del carro cargado de madera, barro, abono etc.
Muchas veces lo hizo hasta que en una ocasión llegó al paraje conocido como “El Cadorno”, cerca de Las Fuentes, tirando de un carro de abono y antes de que el dueño lo desenganchase, la yunta “moscó”, como decía Pachín “el sabio”, y el desdichado burro fue arrastrado bajo el carro un buen trecho, quedando incapacitado de sus extremidades, por lo que se ganó el honor no deseado de viajas en carro hasta el corral. Allí fue asistido de Veterinario y recibió cariño y cuidados de niños y amigos hasta que llegó la Mata de los cerdos.
Por aquellas fechas , echamos de menos a nuestro amigo el burro y se rumoreaba que había muerto y lo habían tirado para los lobos en el Carruelo de Chanos, próximo a donde hoy se ubica el Camping. Pasado un tiempo , la duda fue despejada por la tía Filomena ( cuya memoria ha sido glosada por Miguel Angel) que me dijo” ¡ Ay monín¡ ¿ No te diste cuenta que faltó el día de la mata? Le hicieron cecina las patas traseras”.Entonces el niño lloró y lo lamentó y hasta trató de hacer huelga de hambre ante su padre, pero lo cierto es que debía de ser saludable porque tanto la Señora Domitila como María la de Teresin decían : ¿ Qué vos da de comer tu padre que tenéis esos colores en la cara? Polvos pinos, decía el niño ( sin saber lo que decía ).
No se extrañen, no era necesidad, pues no faltaba que comer, fue una casualidad irrepetible y sabido es que los mozos se gastaban bromas invitando a otros a comer cecina y les daban gato o zorro por liebre o cabra, lo que les servía para guasas y tomar el pelo a los crédulos o engolemos.
Conocido es el refrán de dar gato por liebre y mira por donde, pasados los años de Colegio e Instituto, el niño creció y hecho un mozo, se fue a Madrid donde aprobó una Oposición y encontrándose hospedado en un Hostal, próximo a la Puerta del Sol, en compañía de su cuñado Tomás, llegó la hora de comer y ya en la mesa, coincidieron con otros amigos, habiendo en el comedor unas cien personas. Cuando les sirvieron los filetes de vaca, según el menú, el que suscribe troceó el filete, lo olió, probó un trocico y comentó a sus amigos “Creo que esto no es vaca” lo que les sorprendió y a continuación añadió: “Estoy seguro que es carne de burro”, ante lo cual arquearon las cejas y comenzaron a gesticular como payasos. Puesta la cuestión en duda ante el dueño, éste primero lo negó, después dijo que era de caballo y por fin reconoció que era carne de burro, ante el temor a ser denunciado y descubierto, alegando que la vida estaba muy achuchada y se veía obligado y que por favor no lo divulgase porque su negocio se resentiría. Le dije :”Un burro me enseñó a librarme de los que dan burro por vaca”, así que perdió clientes y el negocio…..
Sirvan estas humildes líneas para homenajear al burro y agradecer que haya contribuido a mi formación profesional y que el cariño que yo le tuve sirva de ejemplo a otros niños.

AÑORANZAS DE NOCEDA DEL BIERZO

AÑORANZAS
Antaño, hubo sementeras,
siegas, trillas y hacenderas,
concejo abierto en las Fontaninas
y juegos de naipes en las cantinas.

Magostos en la Montera
y viñas en el Castrín,
morenas en las Eras
y veceras por el Campín.

Bueyes y novillas en la Sierrap
pacían en arribancas y bancales
entre Pardamaza y Urdiales
hasta que la nieve cierra.

Al pie de la Fontanilla, la LLaviada y su fuente:
En invierno, vertía agua caliente
al abrevadero y las lavanderas,
en verano, saciaba la sed ardiente
de los que furrulaban en las Eras.
Juncos, pastizal, charcas,
albergaba gitanos y ranas.
los rapaces asaban las ancas
y los gitanos plantaban caravanas.
Escudriñaban regueros y aguales
la cigüeña y los chavales,
croaban las ranas verdiales
en los atardeceres otoñales.

A NUESTROS MINEROS

Mujeres y hombres entiznados,
más negros que el azabache,
en turnos día y noche,
regresaban a casa empapados.
Con un candil de carburo,
las galochas al hombro,
una pica y pan duro,
extraían de la mina escombro.
No había coche ni ducha,
solo polvo, grisú y agua fría.
la galería al fondo rugía
y un gemido fatal se escucha.
El temor se tornaba en susto,
de nuevo se volvía al tajo,
hasta que un día infausto,
un cuerpo la cuadrilla extrajo.
En aquellos años de crisis,
varios fueron los mineros
que dejaron su vida y aperos
o enfermaron de Silicosis.
La silicosis su vida condena,
bronquios infectos de asma
trenzan la pesada cadena
que la entraña vuelve miasma.
Vaya por ellos mi llanto,
que por no llorar canto.
Gracias por haber dado tanto
a cambio del vil quebranto.

Canteras a cielo abierto,
don maza, tesón y punteros
en la roca se hacían agujeros
y un barreno hacía el resto.
Los vecinos aportaban sus carros,
con las yuntas en caravanas
arrastraban pesadas peanas
por caminos llenos de guijarros.
En casa del socorrido vecino
celebraban su gesta rendidos,
recibían gestos agradecidos
agasajados con escabeche y vino.

La lechera de Noceda
pregonera de nuestras riquezas,
patera de tristes proezas
para ir de Feria o a Ponferrada.
No hacía ascos a nada,
cántaras de leche, terneros,
gorrinos, guajes, yugueros,
castañas y a veces, la cornada.

Herreros podía haber mil
pero ninguno como la fragua del “furil”
vacas y burros sometía al potro,
los calzaba y a por otro.

Carpinteros había por doquier,
puertas, alacenas, ventanas,
carros, vigas, peanas,
y hasta te hacía un neceser.

LOS FUYACOS

Leñadores con hacha y cordel
al monte subían en tropel,
en los robles marcaban su suerte
bajando fuyacos al corte.
Liaban un gran retrosón,
a empujones rodaban cabe la senda,
los carros chirriaban por el Corón,
mientras se comía la merienda.
Carros con ejes de madera,
tadonjos, bujes y pezonera,
rugían por las empinadas roderas
de la Fornia y la Montera.
En los corrales, los animales
rumiaban las hojas secas,
en los telares giraban las ruecas
mientras en los pajares, los chavales
jugaban a buscar nidos de pardales.

Techadores con espada al cinto
trenzaban con paja la techumbre
poniendo a salvo el recinto
de las aguas con la urdimbre.

Afiladores y estañadores
llegados de pallá de los Ancares,
reparaban cuchillos y calderos,
palanganas, potes y pucheros.

Trovadores con coplas de colores
encantaban a niños y mayores.
Mero era de los mejores
y tenía que dormir en los pajares.

El aceitero, con su carruaje
medieval tirado por un mulo,
con nevadas o estiaje,
surtía de aceite y pimienta al pueblo.

Al pie de la torre del campanario
los escolares jugábamos a diario
a la billa, bigarda y canicas
y resolvíamos nuestras trifulcas.

En la plaza de San Bartolo,
los mozos competían a los bolos.
por apuesta, una cañada de vino
y los más osados, cecina de caprino.

Jugábamos a la pelota en Chanos,
en las eras del Tornal majábamos
y en las eras de Llamillas,
partidos de fútbol y trillas.

Con los tuérganos de urces
caldeaban las alquitaras
para destilar la borra y cáscaras,
convirtiéndolas en aguardientes.

En la siega del pan con hocín
competían las cuadrillas y el mocín.
Una cabra le recortaban al pipiolo
y si se retrasaba, le hacían el bolo.
Con el hocín se segaba la mies, con espigas se hacía la llave, tres brazadas una gavilla, tres gavillas un manojo atado con venceja o con velorto.
Con los manojos se hacían Rimas y de éstas se formaban las morenas. Cuando la cosecha era grande se hacían medas en forma de peonza al revés.

En la era, los majadores madrugadores desmontaban medas y morenas, tendían los manojos para la parva y colocados por parejas enfrentadas, izaban los piértios a las espaldas. Batiéndolos al compás cual espuelas, golpeaban contundentes las espigas, separaban la paja con el engazo o la horquilla, formando balagares para la trilla.
Una yunta arrastrando el trillo
gira y gira en derredor,
tras las vacas patea el anillo
un niño estresado de sudor.

La guadaña se picaba en la bigornia, en el cachapo se guardaba la piedra de afilar con agua. Se afilaba con el filo hacia el sol, la luz mostraba las mellas, al segar saltaban centellas y los maraños distinguían al Segador.

Usábase el arado de vertedera
para ralbar la tierra barbechera,
y el arado romano o de madera
para bimar y la sementera.

El autor

A los madriles el jovenzuelo emigró,
su currículo por allí prolongó
y por fin el destino le agradeció
disfrutando del lugar donde nació.

Víctor Rodríguez González

LA TRUCHA-manjar en Noceda del Bierzo

La trucha que se cria en Nocedadel Bierzo es de lo mejor en su clase,por la calidad de las aguas del rio Noceda, sin contaminación de ningún tipo, ya que los arroyos procedentes de la Sierra de Gistredo confluyen en el Mouro, sin ningún tipo de actividad humana ni industria en sus proximidades.A lo que hay que añadir su origen nórdico y la especie asalmonada.
En tiempos no muy lejanos, era abundante en el propio cauce del rio y a veces cohabitaba con las anguilas, sirviendo de distracción a los niños que iban a bañarse a los remansos del rio y a los pescadores para presumir de arte y maña en su captura.
En la actualidad, lo más práctico y acertado es acudir a la Piscifactoría que sencuentra ubicada en la cabecera del Rio Noceda, en el barrio de Rio, el Mouro.
A ella van dedicadas estas estrofas:

En el seño del Mouro acuífero
crecen los alevines de la trucha,
campeando en lecho salutífero
donde el agua es rica y mucha.
¡Oh trucha!, fugitiva en la corriente
conseguiste burlas al tridente
y brincar por arroyos de agua viva.
¿ qué fatalidad te hizo cautiva?.
¡No maldigas infeliz tu destino!
Aderezada con jamón y vino
serás el manjar más divino
que pueda degustar el peregrino.
Trucha de asalmonados sabores,
del arcoiris cofre de colores,
no hay mero en los vastos mares
que te iguale¡ trucha de nuestros lares!
Tu deleitas los finos paladares
de restauradores y comensales.
Eres de Noceda embajadora,
de la Piscifactoría Señora,
de los remansos campeadora
y en la mesa se te adora.
Rendimos honores a tu excelencia
por guardar en tus aromas la esencia
de los finos tesoros piscícolas
escondidos en terrenos agrícolas,
que emulan las colas de langostas
criadas en los mares y sus costas.

Virgen de la Encina en Noceda del Bierzo


El diez de septiembre del 2008 la Virgen de la Encina rindió visita a Noceda del Bierzo.
En la Iglesia Parroquial de San Pedro compartió pedestal con sus hermanas, la del Carmen, el Rosario y las Chanas.Todas ellas muy bellas, cual princesas, fueron honradas por devotos y simpatizantes.
Con cantos y poesias le dedicaron sus mejores sentimientos, plegarias y ora ciones.
Repicaron campanas y campaninas para ensalzar a la Virgen de la Encina en el cincuentenario de su anterior visita a Noceda y a ella dedico estos versos:

Ya asoma por los Campos
la Virgen de la Encina,
el encuentro se avecina
entre clamores y cantos.
Entra en Noceda la Reina
del Cielo y de la Tierra,
tiende su manto la Sierra
a la Virgen peregrina.
Entre palios y pendones
el pueblo se alboroza,
por pedestal la carroza
que arrastra los corazones.
Tres estrellas soberanas,
Carmen, Rosario y Chanas,
a élla rindieron honores
dignos de embajadores.
Agasajada con flores,
plegarias y pasacalles,
paseó Señora sus calles
llenas de admiradores.
En la Iglesia parroquial
reinó un aire coloquial,
entre fotos y el rosario
se honró el cincuentenario.
En su presencia, un berciano así oró:
"Virgen de la Encina,
patrona del Bierzo,
guardas en tu regazo
la gracia divina.
Reina de nuestros lares,
tu sostienes los pilares
que custodian los valores
de estos tus adoradores.
De la Guiana al Gistredo
llega el eco muy quedo
de los pliegues de tu manto
desgranando un dulce canto.
Berciana de tez morena,
recostada en una encina
nos legaste la hornacina
que alivia nuestra condena."

Emocionante fue el lance
al virar la Residencia,
colocada en aquel trance,
se inclinó con indulgencia.
Los ancianos su presencia
agradecieron ufanos,
a élla tendieron las manos
en señal de reverencia.
Campanas y campaninas
repicaron con sentimiento,
pasó por las Fontaninas
y arribó al Ayuntamiento.
Adiós, Virgen de la Encina.
El pueblo allí reunido
clamó enfervorecido:
"Hasta pronto, morenina."
A la vera del Gistredo
llegó la Virgen morena,
con su mirada serena,
de Noceda a Robledo. ¡ Adiós!.

martes, 14 de octubre de 2008

Castros y Corones de Noceda del Bierzo

´ ¿Qué guardan ocultos estos NUEVE castros de Noceda?
La poetisa y mecenas de Noceda, Dña Felisa Rodríguez, se preguntaba:
" ¿ Quién dice que no hay tesoros por los castros escondidos, ciencia y verso en dura piedra desafiando los siglos ?."
Los castros están presentes en nuestras vidas.
Desde niños somos conscientes de su existencia y hasta hemos tenido la curiosidad de buscar monedas e indagar sobre posibles entradas para explorar sus entrañas.Algún
vecino llegó a afirmar que tenía planos sobre el Corón de Chanos y que sólo necesitaba medios para descubrirlo y entrar.
Algunos curiosos forasteros que han oido o leido referencias de los Castros de Noceda, preguntan por la forma de visitar los Castros y Corones, accesos, rutas, etc.
Monedas, trozos de ánforas, piedras con inscripciones o talladas (véase el Idolo de Noceda), han sido encontadas y expoliadas sin que las Administraciones ni Fundaciones o Asociaciones culturales hayan invertido tiempo y medios para habilitar una ruta , al estilo de la de Las Fuentes, que permita visitarlos,ponerlos a descubierto,poner a bue n recaudo los vestigios hallados y enriquecer el acervo cultural y etnográfico del pueblo de Noceda del Bierzo.
La curiosidad de unos escolares dirigidos por su maestra permitió descubrir el famoso "IDOLO DE NOCEDA" anterior a la construcción de los castros y que parece ser un totem de origen celta.
Con planificación y medios ¿ qué se podría descubrir de tiempos del oro berciano explotado `por los romanos?
Permíteme,amigo, convecino o visitante que exprese estas ideas dándole una forma más o menos poética:

" Los castros, atalayas cenitales,
contemplan mudos nuestras danzas,
velan vestigios de viejas andanzas
desde el Castrin a Ceruñales.
Castros,castrines y corones
jalonan a Noceda de balcones
clamando sendas y mojones
que permita sondear sus torreones.
¿Ocultan en sus crípticos arcanos
la cornucopia de la era romana
o artesanía de huella pagana
talladas por orfebres bercianos?
Cuenta la leyenda popular
que el valle era una gran laguna
convertida con el tiempo en la cuna
de esta villa berciana si par.
Belicosos pueblos aborígenes
ofrecieron tenaz resistencia
a los romanos y sus legiones
para asegurar su subsistencia.
Los romanos con sus rudas legiones
fijaron en el Bierzo estaciones
y construyeron castros-fortalezas
para custodiar sus áureas riquezas.
Impusieron su romanización,
extrajeron riquezas auríferas,
nos legaron castros en las laderas
y del Bierzo la explotación.
Rutas y vias pétreas trazaron,
montañas y laderas derrumbaron,
sus entrañas auríferas sondaron
y a Roma nuestros tesoros llevaron.
¿ Es noguedal de Noceda nodriza,
como Bierzo de Bérgidum dimana?
Castros de edificación romana,
¿ qué misión guardaba vuestra liza?
¿Fué Noceda reposo del guerrero
o tal vez de la Legio su granero?
¿ Vieron vuestros frisos los corceles
carretando oro y aranceles?
Noceda guarda tesoros vitales,
el Idolo y fuentes salutíferas,
los castros con reliquias auríferas,
el lagar, molinos y brocales.
Sobre los castros, interpretaciones,
fotografías y deducciones,
¿ a qué esperan las Administraciones
para realizar excavaciones?
¿ Albergan secretos en sus torreones
que desafían a la arqueología?
De los castros nos dieron su etiología,
nos dataron su cronología,
nos describieron su morfología.
¿ Qué hay de su estomatología?
Yolanda y su bibliografía
simularon una radiografía,
proyectaron la fotografía
y descifraron la orografía.
Para mitigar su mitología
y dar a sus teoremas soluciones,
son imprescindibles aportaciones
que culminen esta antología.
Centro de Iniciativas Turísticas,
Asociaciones ecologistas,
Agrupaciones de Senderistas,
¿ son los Castros visiones místicas?
Hora es ya de despertar.
No se trata de molestar.
Es preciso conquistar
el derecho a visitar
"de los CASTROS SU SOLAR".

Espero no haberte preocupado con esta larga disertación.
Víctor R.

miércoles, 8 de octubre de 2008

A Lagualta-Mirador de Noceda del Bierzo


Qué tiene la Peña de Lagualta
que su belleza exalta,
con la que el viajero sueña
y en caminar se empeña?
Qué atrae al visitante
que al verla tan distante
se olvida del calor
y se arma de valor?
Un sendero zigzagueante
asciende jadeante.
Robles,abedules y servales
adornan sus pasales.
Un rumor de manantiales
regalan los sentidos de frescor
y una música cantarina
inunda el paisaje de verdor.
Inmerso entre valles de colores
respira hondo sus olores,
los manantiales escudriña
y catando de sus aguas los sabores
los sudores se tornan flores.
Trepa, serpentea senderista,
ya queda cerca la pista,
la Magestad se divisa,
en su cénit corre la brisa
y resplandece el horizonte.
En las cumbres gistra y genciana
pugnan con la urz y el brezo,
las escobas y piornos en flor
jalonan los bordes del sendero.
En la umbría del robledal,
en el corazón de la Silva,
donde antaño brotaba la fuente Fría,
abundan las sabrosas arandaneras.
Tomillo y romero
aromatizan al viajero,
y en las requeras, helechos y violetas
ribetean las verredas.
Fuentes del Azufre y la Salud (doncella)
manantiales de oro y plata,
tienen en sus aguas la virtud
de revitalizar a quien las cata.

Piropos a LAGUALTA
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Prístina señora de las montañas,
aposentada en pétreo pedestal,
extiendes tu manto cenital
sobre el verde valle al que bañas.
Esculpido en agua de tus entrañas
muestras tu excelso cendal
tejiendo un manto de cristal
entre abedules, robles y espadañas.
La Seo coronada por Catoute
proyecta su beldad al horizonte
en espejo reverberante de fulgor
que en claras mañanas de solanera
nos brinda su imagen señera
tamizada por añejo verdor.
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Cataratas de aguas ancestrales
manan a borbotones de sus costales.
Recostada en las fuentes de Veneiro
vierte sus gracias en el Mouro.
Extiende su pétreos brazos
por las laderas y cañaverales
meciendo acebos y servales
en el seño de su cordial regazo.
Catarata, cendal de fina plata,
placenta real de Madre Peña,
collar de perlas y escarlata
de sus lágrimas verdes dueña.
Amamantas fuentes y regueras
que fundidas en abrazo moruno
fecundan las huertas y praderas
emulando las fuentes de Neptuno
¿ Será que el Idolo de Noceda
se talló en tu pétreo arcano,
pulido con el hierro soberano
que el lecho de tu vientre veda?
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miércoles, 1 de octubre de 2008

NOCEDA DEL BIERZO-villa y vergel

Noceda,típica villa berciana
en la médula del valle anclada,
por ancestrales castros cercada,
de secretos milenarios,arcana.
Molinos de agua sembrados
al azar, entre arboledas y prados,
lagares de vendimias , antaño,
museos de reliquias, hogaño.
Feraces vegas, verdes praderas,
fuentes, acequias y brocales,
castaños, abedules y nogales
ciñen del monte sus fronteras.
Paisajes de ensueño y primaveras
regados por ricos manantiales,
vergel de aromas tropicales,
remanso a la brisa de choperas.
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Soy berciana, tierra leonesa,
sangre dorada fluye por mis venas,
rios plateados bañan mis arenas
y es mi semblante verde dehesa.
Mi hermosura y verdor embelesa,
el caminante olvida sus penas
saboreando a manos llenas
los sabrosos manjares de mi mesa.
Mis valles y riberas son vergeles
ornados de tapices vegetales
derramando riquezas a raudales.
Mis cumbres ribeteadas de abedules,
festoneadas de cendales azules,
prodigan borboteantes manantiales.
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AL SENDERISTA
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Si añoras los años roqueros,
prepara cayado y playeros,
elige la Ruta de las Fuentes
hasta que Lagualta enfrentes.
Cataratas en su frente verás,
cendales de plata admirarás,
y sorteando veredas en zigzag,
a Noceda, encantado volverás.
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Embriagado está el viajero,
sentado a lomos de un calvero
contemplando extasiado alrededor
el paisaje rebosante de verdor.
Cumbres doradas, colinas plateadas,
cobrizas laderas de oro teñidas,
de otoñales rescoldos ceñidas,
por huertas y praderas alfombradas.
Rendido al borde de un remanso
contempla el esplendor de la ribera
y en el culmen de la primavera,
flores,olores,verdores, descanso.
Embelesado por tantas delicias,
proyecta su mirada al infinito,
al cielo eleva de placer un grito,
yel eco le contesta: ¡ albricias!

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DE UN BERCIANO EN MADRID.
Castellanos, leoneses, emigrantes,
de su tierra y costumbres defensores,
pregonan por doquier sus valores
tanto en foros como a viandantes.
En el alma aguardan el momento
de regresar a sus queridos lares
donde quedaron amores y hogares
esperando a celebrar el evento.
Emigrante castellano o de León,
¿por qué teniendo tanto talento
no hay para nosotros aposento
en los parajes de nuestra Región?
Desde los valles de los Ancares
y los párdos páramos de Castilla
partimos sorteando avatares
anhelando regresar a la villa.
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Es mi idioma el castellano
en tierras de Castilla nacido,
por propios y extraños mecido
desde la cuna al mundo lejano.
Aprendí a caminar de su mano
balbuceando palabra y gemido,
por su riqueza y calor acogido,
me aposenté junto a su arcano.
De Castilla y León estandarte,
de su cuna y nobleza baluarte,
llegaste a tierra extraña
con hombres de ilustre linaje
que sembraron allá tu lenguaje
para gloria y orgullo de España.
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CASTILLA Y LEON
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Estrella en el cielo engarzada,
Castilla, prístina joya dorada,
blasones de gloria atesorada
engalanan su diadema trenzada.
León, baluarte y bandera izada
al cielo de la tierra coronada,
de Castilla cuna y almohada,
con su melena de trigales rizada.
Verdes montañas, páramos dorados,
valles frondosos por rios venerados,
tierras ricas en poetas y santos,
gente laboriosa de sol a sol,
de hazañas y culturas crisol.
En su honor elevo estos cantos.