martes, 28 de abril de 2009

BOBINES-topónimo de Noceda del Bierzo

Bobines es un topónimo de Noceda del Bierzo, situado al noroeste, al pie del Gistredo, próximo al mítico Carrabuxo, tan cantado por Dª Felisa al glosar los castros celtas.
No me consta el origen etimológico o circunstancial que dió lugar a esta denominación, si bien parece responder al diminutivo plural de bobo ( bobin-bobines), como causa lógica.
Si escribiéramos Bovines, con v, podría proceder del vocablo latino ( bos-bovis = buey) o del adjetivo latino ( bovinus= de buey), tal vez como reminiscencia romana.
En el primer caso, Bobines, puede referirse a bobos, pues es un lugar escasamente productivo por su proximidad al monte y ser un lugar muy humbrío.
A mi se me antoja que el pueblo llamó asi a los que se atrevían a arar y sembrar centeno en aquel pago, pues el pago recibido solía ser una pobre cosecha.
Bobines es un lugar que viene a mi memoria con frecuencia, dado que allá por los años cincuenta y pico, cuando en Noceda se araba y sembraba en donde era posible, sin reparar en el resultado, se cultivaba en cualquier tierra y no había barbecho, salvo para alternar de una año a otro.
Bobines está próximo a la Reguera donde nace el Regueiro de Cabreiro, que aporta el agua por toda la ladera del Cubiello hasta Roxeco y el antiguo Lagar del Tio Sidro "Sidrin".
Por entonces, las familias del pueblo, algunas muy numerosas en hijos, vivían de la agricultura y ganadería, ayudándose con algún sueldo de la mina ( Balín, Lombas, Don Avelino, La Petra, La Viñuela).
Debido a que no se encontraba ni un xaradal para roturar y sembrar, mi padre Santiago le arrendó al Tio Carlones, en aquellas arribancas, un cacho monte que aró y sembró.
Recuerdo aquella ascensión por La Chaniella y el Cubiello hasta perdernos en el monte, rodeados de enormes rebollos, y que la cosecha defraudó a mi padre. No sé por qué recuerdo que entonces leía yo "El perro del hortelano" y me imaginaba paseando con el perro por aquellos senderos.
Supongo que el Tio Carlones, hombre alto y fuerte como un Polifemo, que vivía en el Barrio de Río en un caserón de cocina baja y un tanto lúgubre por la oscuridad que se dejaba entrever desde la calle, y que imponía miedo a los chavales al pasar a su lado, y que parece ser fue el fundador de la Fábrica de molienda en el Mouro, antes que Marcelino, debió de mofarse de nosotros y repetiría aquello de ¿Serán bobines? Mira que sembrar acullá..
Con frecuencia me refiero a ese lugar como ejemplo de la carestía de la tierra en aquellos tiempos. Ello en contraposición con lo que hogaño se contempla en Noceda.
Antaño arábamos en Campazas, Los Quiñones, Mandecida, El Cadorno, Carbalbueno, La previda, El Tornal, Las Chanas, Chanavarieces, Las Arretelas, Matacueva, El Rozo, Juan de Villar, etc.
Hogaño da lástima verlo todo de barbecho, incluso las huertas de Trascasa, la Calea y el Codesal, pero el abandono del campo nos ha llevado a las ciudadades y es lógico, había que buscar salidas a la falta de industrias u otras salidas para la juventud.
Es placentero recorrer a pie esos pagos, pues la naturaleza nos compensa con la abundancia de arbustos y flores a cambio de no molestarla con las labores del arado.
Pero no puedo olvidar aquellos dias de labranza, el canto de la calandria, la lavandera, el cucuriello, etc, y el tiempo en que trigos y centenos eran alfombras mecidas por el viento con el canto de las codornices; y las perdices que anidaban a su amparo y nos sorprendían con sus polluelos jugando al esconderite entre nuestros pies por el rastrojo.
Eran años de escasez y había que vivir de la tierra.
Hoy en día, la mayor parte de los nativos de Noceda vivimos de prejubilaciones o jubilaciones, de minas u otras profesiones, gracias al desarrollo de las ciudades con la concentración de industrias y comercios.
Pero la base está en la producción agrícola y ganadera de los pueblos que abastecen a las ciudades de los alimentos primariosy más sanos.
Es penoso observar cómo se desmantelan ambas actividades, obstaculizando las iniciativas de jóvenes que pretenden vivir de ellas, por lo que se han visto obligados a emigrar a las ciudades envejeciendo los pueblos.
La crisis económica actual hace que muchos ojos se vuelvan hacia los pueblos donde pueden encontrar refugio ante el paro y la soledad, buscando la forma de subsistir.
Hay que apoyar a los pueblos, base de pervivencia y supervivencia.vvv.

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