lunes, 13 de agosto de 2012

SANDÉZ GORDILLO


Gordillo, gordo entre flacos,
maestrillo de pobres cacos,
para que no parezcan atracos
trincas carrillos sin sacos.
Si te colocas cristales opacos
darás el pego a los maderos,
podrás llevarte jamones enteros
e incluso acolmar los sacos.
No te prives en tus lances,
quizás pronto alcances
a mangonear en la trena
y de la pena te libre la Macarena.
En tiempos hambruna
como en Fuenteovejuna,
que si buscan al granuja
no hay pena alguna.
¡Qué altruismo el tuyo!
Si mal no intuyo,
piensas librarte del trullo
con la hoz y el capullo.
¡Gran lección la tuya!
la culpa es suya,
por acaparar alimentos
habiendo ayuntamientos.
¿Para qué queremos las leyes,
jueces, policias y autoridades,
habiendo ediles como bueyes
que pisotean las legalidades?
Claro que, sin son diputados,
se proclaman aforados,
acuden al Parlamento
y le cuentan un cuento.
Le sobra popularidad
al sindicalista andaluz,
pero le falta un rayo de luz
para medir su barbaridad.
Si todos hacemos lo mismo,
nos sobra el comunismo,
nos vamos al supermercado
y la pobreza se ha acabado.
¡Viva la expropiación arbitraria,
la lucha obrera y la canaria,
viva la demagogia estrafalaria
y la bula (burla) parlamentaria !
Las leyes son para los ricos,
los demás vamos de pillos,
les guindamos unos carrillos
y les decomisamos los ahorricos.
¡ Pobre estado de derecho!
Rinconete y Cortadillo
no le llegan a Gordillo
ni sacando pecho.

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